El Feminismo Totalitario

El feminismo, ha sido y es, un movimiento que merece todo el respeto, pero…

Analizando los movimientos feministas de mayor relevancia en el mundo, ratificamos que estos tienen más que ver con los objetivos de la izquierda neo-marxista en pos de la destrucción de la sociedad capitalista, que a los verdaderos intereses de las mujeres…

Estos grupos, que en todo caso se arrogan la representación de todas las mujeres, se reconocen por la agresividad, ordinariez, orientación sexual y fealdad. En otras palabras, nada más lejos de la realidad y mucho menos de la que presumen las dirigentes más radicales de estos grupos.

Por el contrario; son las propias mujeres, mayoría silenciosa hoy, las que acaben poniendo coto a la deriva totalitaria de estos grupos de machonas, que se atreven a marcar incluso las pautas de comportamiento que el resto de las mujeres deben seguir.

Estos grupos delirantes parecen haber llegado al absurdo de perseguir a los hombres para en todo caso, querer ser como ellos exaltando lo negativo que poseemos los menos virtuosos. Todo lo que estos grupos condenan del varón, pretenden incorporarlo a sus formas, en el que grupos de mujerzuelas pretenden ser machos y que los varones se conviertan en hembras subyugadas.

Muchos libertarios e incluso liberales, resultan funcionales a este neo-marxismo del feminismo radical, unos por miedo a ser tachados de conservadores por las de los brazos y senos tatuados y otros por desconocer lo que subyace en el feminismo radical, llamado de tercera ola.

Su objetivo no es otro que la destrucción del capitalismo por la vía de la degradación de la familia, en el que las feministas llegan a defender incluso el incesto o la pedofilia, como vía de destrucción de los canales populares de relación sexual y familiar.

Una hecatombe en la familia que se gesta por la vía de la equiparación de la mujer al proletario marxista, en el que la familia es el núcleo de producción y consumo fundamental que sostiene a la sociedad capitalista. Un núcleo de estabilidad, cuya ruina conllevaría también la degradación de la sociedad capitalista de libre mercado. Destrucción del núcleo familiar, que experimentó ya la Unión Soviética, con desastrosos resultados para su estructura socio-económica y que Stalin trató de corregir con poco éxito.

Un feminismo contradictorio en el que un cartel publicitario mostrando una nalga femenina es atentatorio contra los derechos de la mujer, pero no lo es exhibir pechos grafitados, culos garabateados u orinar desnudas en la calle o frente a una iglesia. Usar el mismo cuerpo desnudo de una mujer, es ilegal o no contra los derechos de la mujer en función del criterio subjetivo de los despóticos intereses feministas convenientemente financiados con dinero de los contribuyentes.

El uso de las tetas o las nalgas es impuro si tiene destino comercial, más no si es para un fin político. No se sanciona o se tiene miedo a condenar, el uso del culo desnudo, se condena si es usado para lo que las socialistas consideran inadecuado. Algo tan bello como el cuerpo de la mujer no puede someterse a tanta restricción puritana, que en el caso del cuerpo hombre es inexistente. Relativismo puro que le llaman.

El feminismo, ha sido y es, un movimiento que merece todo el respeto y apoyo, en cuanto a los términos de lucha por la equidad de derechos entre seres humanos con independencia de su sexo. Algo que se ha conseguido en occidente, de ahí que el feminismo de tercera ola pretenda ir un paso más allá. Ya no es suficiente ser iguales ante la ley, ahora hay que ser privilegiados por la ley.