Para lograr una solución civilizada existen demasiados fanáticos que trabajan para arruinarla...

La memoria, ese elemento esquivo para tantos, ha hecho que muchos ya hayan olvidado el 7 de Octubre, una fecha macabra para la humanidad de la mano de los peores subnormales.

Pensemos: La guerra la desató Hamás, peón de segunda categoría del régimen iraní y como siempre, destinada a reducir la influencia occidental en Medio Oriente, donde los tratados a firmarse entre Israel y Arabia Saudita, eran una afrenta para la política expansionista de Irán

Pero, hagamos memoria, repasemos la historia, esa historia que se repite hasta el cansancio de que Israel fue una creación del imperialismo inglés. Nada más lejos de ello. El Reino Unido se mantuvo al margen en la votación que partió Palestina en 1947, mientras que los EEUU se mostraron ambiguos acerca del proyecto.

La guerra de 1948 la ganó Israel gracias al apoyo del bloque soviético, quien le suministró entonces armamento, instrucción y apoyo diplomático. Sin dudas; Stalin pensaba utilizar a Israel como una punta de lanza socialista contra el imperialismo inglés. Solo cuando Israel se decantó por la alianza estratégica con los EEUU y la URSS con los países árabes, el socialismo internacional con todos sus medios - léase prensa, literatura, arte, etc. - se volvió antisemita.

Entonces, caprichosamente soslayado el 7 de octubre, se acusa sistemáticamente a Israel de crímenes de guerra por atacar objetivos civiles. Pero atacar un objetivo civil no es tal crimen si comprobadamente se trata una instalación militar. No es crimen de guerra pedir a la población civil que lo evacúe, todo lo contrario, crimen es no pedirlo. En cambio, sí es crimen de guerra usar instalaciones civiles para fines militares y convertir a los civiles indefensos en escudos humanos.

Esto parece ser olvidado por varios Gobiernos, que están dividido entre proamericanos y antiamericanos o prorrusos. Si los ataques contra bases militares americanas en la región continúan y los EEUU se involucran en mayor medida, es posible que los márgenes de ambigüedad y equidistancia de todos estos se reduzcan, acorde a sus necesidades (o dólares norteamericanos).

Estos “satélites” avalados por periodista de plumas tan livianas que dejan sus dedos manchados de tinta en el papel, suelen asegurar que los 700.000 palestinos que se convirtieron en refugiados en 1948 deberían tener derecho a retornar a Israel y recuperar sus propiedades. Estos mismos sicarios del “copia y pega” no dicen en cambio de los 12 millones de "alemanes étnicos" que fueron expulsados de los países de la órbita soviética al término de la Segunda Guerra Mundial. Ni de los también 700.000 hebreos que fueron forzados a abandonar los países árabes en los que vivían ellos y sus antepasados.

Finalmente - y como siempre ocurre - se condena a Israel por mantener la ocupación de territorios que no le pertenecen. Aunque vale la pena recordar que Cisjordania formó parte de Jordania desde 1948 a 1967 y que los palestinos de Cisjordania eran ciudadanos plenos de ese país. Si bien nadie apoyó esa incorporación, empezando por la Liga Árabe que boicoteó la solución, si apoyó en 1964 la creación de la Organización para la Liberación de Palestina. Por otra parte; Gaza fue administrada por Egipto durante el mismo período, quien quiso luego desligarse de ella. Esos territorios pasaron a ser ocupados por Israel en 1967 - quien reconoce a la Autoridad Nacional Palestina desde 1983 y se retiró de Gaza desmontando sus asentamientos en el 2004. Por entonces Hamás ganó las elecciones del 2006 y nunca ha vuelto a convocar otras.

Conclusión; no hay una solución digna y civilizada que no pase por un acuerdo de paz genuino y verificable, teniendo en cuenta que son demasiados los fanáticos que trabajan para arruinar y hacer imposible ese futuro…