Periodismo
- Juan Carlos Maimone
- May 6, 2023
- 2 min read
Hubo un tiempo anterior al advenimiento de la informática, en que resultaba no sólo compatible, si no que obligatorio ser periodista y tener talento...

Sin embargo; es ya común ver y escuchar a individuos forjados en la pluma de otros, carentes de análisis o de información y que sólo logran enfangar la noticia de manera tal que - lo que pudiera ser o por lo menos convertirse en debate - se ha transfor-mado llanamente en una demagogia rústica que conjuga alegremente con el ruido sectario.
Al apoderarse el periodismo hoy del espacio político, el marketing ha propuesto de la escena pública un circo, donde deambulan las imágenes pobladas de telebasura - ni hablar de la radio o de escribir - en el que queda descartado de oficio todo argumento que no quepa en dos frases y con la condición de que una de ellas consista en un exabrupto o discurso.
El debate político en los Estados Unidos, la mal interpretada democracia sudamericana enmarcada en la improductividad, la corrupción y el gasto, se han reducido a un montaje de propaganda manufacturada con palabras gruesas y tesis triviales. Una alharaca desaforada, un alboroto desnudo de razones, una batahola de medias verdades y mentiras completas, en la que nadie se molesta en investigar o por lo menos, profundizar en busca de una explicación.
Todo esto posibilitado por periodistas de plumas muy livianas que han degradado la información mediante un proceso de licuación de sus matices o perfiles y para siempre basados en la cuota inapelable del amiguismo o los intereses personales
Con este álgido panorama no es necesario hacer un inventario de las carencias del presente y de la predisposición a la mediocridad del mañana para interpretar como se moverá la opinión pública de nuestros hijos, que son nada menos que el futuro…
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